La hermanastra no puede resistir una buena corrida. Loca por una polla, seduce a su amiga a la cocina para una salvaje fiesta de sexo. Calientes y cachondos, se devoran mutuamente, llegando al clímax en un festín lleno de semen. El insaciable apetito de la hermanastra por el semen las deja a ambas sin aliento.